GONZALO RODRIGUEZ GACHA

Imagen Tomada de Internet

Gonzalo Rodríguez Gacha era conocido con el alias de “El Mexicano” por su fascinación por la nación azteca y su cultura. Nació el 14 de mayo de 1947 en Pacho Cundinamarca, y murió el 15 de diciembre de 1989 en tolú, Rodríguez Gacha nació en una familia campesina. En tercero de bachillerato decidió abandonar sus estudios para trabajar con Gilberto Molina, el “zar” de las esmeraldas en Boyacá. Ascendió rápidamente en las estructuras de Molina escalando posiciones en medio de la violencia que azotó las zonas esmeraldíferas de Colombia en los años 70 y años 80 mientras empezaba a la vez a relacionarse con los traficantes de drogas de Medellín. Su primer contacto con este vino a través de Verónica Rivera de Vargas, amiga de Pablo Escobar hacia el segundo tercio de los setenta. Su fortuna se incrementó rápidamente, al mismo ritmo que el número de sus enemigos. En 1976, Gacha ya independizado de su antiguo jefe se unió a Pablo Escobar, Carlos Ledher y los hermanos Ochoa para conformar el “cartel de Medellín”, el mismo que 5 años después patrocinó económica y logísticamente la creación del primer grupo de autodefensas Muerte a Secuestradores MAS. Pronto se abrirían nuevas rutas de trafico de drogas a través de México, Haiti, Los Ángeles Texas, Houston y Nicaragua donde jugó un papel fundamental el Piloto norteamericano Barry Seal, y quien más tarde sería asesinado cuando accediera a testificar contra el cartel.

Pronto su poder se desbordo de Cundinamarca y Boyacá e incursiono en los llanos orientales y el Magdalena Medio contactando con las FARC y las autodefensas de Pablo Guarín, Henry Pérez y Ramón Isaza respectivamente. Tras un inicial entendimiento con las guerrillas en el oriente del país, que en principio prestaban un servicio de vigilancia a los cultivos y laboratorios del “capo” a cambio de ciertos “impuestos”, en 1983 la destrucción de varios de sus laboratorios de procesamiento de drogas más el robo de pasta base de coca y dinero en efectivo a algunos de sus emisarios por los insurgentes lo llevaron a una guerra personal con dicha organización. Bajo la filosofía de “quien no está conmigo, está contra mí” y apoyado en sus nuevos socios paramilitares emprendió una brutal campaña de exterminio contra la UP, partido al que consideraba el brazo político de la guerrilla comunista. Para 1989 Rodríguez Gacha tenía sobre las armas un millar largo de hombres en un ejército personal adiestrado por mercenarios extranjeros. Así es como entre diciembre de 1987 y mayo de 1988 había contratado mercenarios israelíes y británicos para que entrenaran equipos de asesinos y sicarios. Entre estos destacó Yair Klen, un teniente coronel retirado del ejército judío, liderando un equipo de instructores en Puerto Boyacá durante 1988. Rodríguez Gacha se convirtió así en el principal comandante del “Narcoparamilitarismo” en Colombia. Además sus contactos con elementos corruptos dentro de las fuerzas gubernamentales le brindaba la suficiente impunidad para actuar contra sus enemigos con total libertad. Al menos 800 miembros de la UP cayeron víctimas de su venganza contra las FARC.

El gobierno enfrentado a una guerra total y tras el cruento ataque al DAS, se enfocó en capturar a los cabecillas del cartel, ofreciendo 500 millones de pesos por la cabeza de Rodríguez Gacha (la misma cantidad ofrecida por Escobar). Pronto el gobierno del presidente Virgilio Barco tuvo un golpe de suerte cuando el hijo de El Mexicano, Freddy Rodríguez Celades fue detenido por posesión ilegal de armas al norte de Bogotá. Se le retuvo durante más tiempo del estipulado por la ley tratando de presionar a su padre, pero en vista de que la estrategia no dio resultado se le liberó. No obstante, un informante, Jorge Velásquez alias El “Navegante” lugarteniente y hombre de confianza del capo lo traiciono revelando su ubicación en Cartagena. Allí lo acompañaban su hijo Freddy, Gilberto Rendón Hurtado (el numero 8 dentro del cartel) y 4 guardaespaldas mas. Al percatarse de la presencia de las autoridades, tomaron una lancha rápida y embarcaron rumbo a Tolú, permitiendo empero a Velásquez que viajara con ellos. Tras dejarlos en la noche del 14 de diciembre en la costa de Tolú, este dio aviso a los uniformados que le seguían el rastro a Rodríguez Gacha revelándoles su nueva ubicación.

Luego de interceptar la lancha rápida, a media mañana del 15 de diciembre de 1989, 30 comandos elite de la Policía a bordo de 2 helicópteros artillados, cayeron sobre la finca El Tesoro, entre Coveñas y Tolú, donde se hallaba el objetivo. Con altavoces y sirenas le pidieron a Rodríguez Gacha que se entregara, pero no se obtuvo ninguna respuesta. Más bien la tuvieron cuando en medio de una fuerte balacera El mexicano y sus hombres se abrieron paso hasta un camión Chevrolet carpado, de color rojo que tenían aparcado fuera de la villa, y emprendieron la huida.

Se inicio entonces la persecución del vehículo, con El Navegante siguiéndolos a bordo de uno de los aparatos. A menos de dos kilómetros de Tolú el camión fue interceptado cuando tratando de perderlos se desvió por la ruta que conduce a Sincelejo. Pero no pudieron esquivar a los helicópteros y un poco más adelante se lanzaron del carro Freddy Gonzalo, Gilberto Rendón y tres guardaespaldas más, y abrieron fuego contra una de las aeronaves tratando de distraer la atención de los uniformados. Esta contestó con sus ametralladoras, matando a dos de los pistoleros. Uno de los helicópteros descendió en ese momento y dejó en tierra a varios comandos de la fuerza élite, quienes se enfrentaron con los dos guardaespaldas sobrevivientes y al hijo de “El Mexicano”, dándoles de baja.

En el intermedio el camión que llevaba al capo y uno de sus hombres continuó su huida seguido por la otra aeronave. Pero accidentalmente en esa misma carretera se encontraba una patrulla de infantes de marina, custodiando una de las fincas del extraditado Eduardo Martínez Romero. Al verlos, el camión se detuvo y de él se bajaron Rodríguez Gacha y un guardaespaldas, internándose ambos en los platanales adyacentes a la carretera. Los artilleros abrieron fuego, tratando de detectar a los fugitivos, pero parecía que lograrían huir. Solo que Gacha armado con un fusil R15 y cinco granadas, perdió el impulso de su carrera cuando se desgarro el cuero cabelludo en una alambrada. Acorralado, contestó a los disparos, revelando su ubicación; la ametralladora le respondió y cayó al ser herido en una pierna. En ese momento otro impacto de una bala calibre 7.62 le alcanzó de lleno en la cara, matándolo. No obstante Jorge Velásquez presente en los hechos asegura por su parte que al verse herido en la cabeza y sin escapatoria, con su hijo muerto, Rodríguez Gacha transfigurado de rabia se coloco desafiante bajo la panza del helicóptero que lo seguía, insulto a los uniformados que lo observaban atónitos y les hizo pistola, para finalmente suicidarse con un artefacto explosivo que se estallo en la cara. En todo caso fueron necesarias las diligencias dactiloscópicas para establecer sin duda su identidad. Minutos después cayó el último de los hombres del capo. Era la 1:45 minutos de la tarde del viernes 15 de diciembre. La búsqueda de uno de los narcotraficantes más temidos y peligrosos de la historia de Colombia se había terminado, con la denominada Operación Apocalipsis. Junto a él murieron su hijo Freddy y sus 5 guardaespaldas.

Dos días después, el 17 de Diciembre su cuerpo y el de su hijo fueron enterrados en su natal Pacho en medio de un multitudinario entierro al que asistieron entre 3000 y 15.000 personas. Muchos en su pueblo lo veían como un benefactor de los pobres. De ahí la masiva presencia en su funeral.

Rodríguez Gacha fue catalogado como uno de los hombres más ricos del mundo por la revista Forbes el 20 de junio de 1988. Dueño de más de 116 propiedades, fincas, casas, apartamentos, lotes y vehículos, avaluadas en 40 mil millones de pesos, el “capo” se convirtió, como otros narcotraficantes, en el generoso ídolo de su pueblo natal. Su inmensa fortuna se convirtió en leyenda a raíz de las historias de caletas o guacas enterradas en sus propiedades: carros llenos de lingotes de oro, bolsas de dólares y esmeraldas son parte de los tesoros escondidos en las haciendas donde se encontraban más de 200 finísimos caballos de paso, entre estos, Túpac Amaru, el famoso caballo del millón de dólares. Siendo aficionado al futbol, su imperio se extendió hasta el deporte al invertir en el club de fútbol Los Millonarios, financiando contrataciones y salarios de los jugadores.

Cientos de caza fortunas invadieron los predios de Rodríguez Gacha en busca de las canecas repletas de dinero y del codiciado maletín negro que “El Mexicano” nunca abandonó, pero que el 15 de diciembre de 1989 desapareció misteriosamente.

En marzo de 2006 dicho maletín negro y las guacas volvieron a salir a la luz pública, cuando se reveló que Estados Unidos recibió 60 millones de dólares para “borrar” cualquier indicio que permita involucrar a los herederos de El Mexicano en los múltiples juicios que se le siguen al narcotraficante.

En efecto, los investigadores, según reveló la revista “Cambio”, descubrieron un “cerro de documentos incautados durante los allanamientos realizados a propiedades de El Mexicano”. Uno de los documentos llamó la atención de los investigadores: era la copia de un acuerdo judicial realizado hace cerca de 10 años en Estados Unidos por un abogado que representaba a los herederos del sanguinario capo.

Los agentes descubrieron una operación secreta a resultado de la cual la justicia de Estados Unidos obtuvo el dinero en mención, depositados en 24 cuentas manejadas por testaferros de El Mexicano en bancos de Hong Kong, Suiza, Luxemburgo y Austria. A cambio de lo anterior, los herederos de Rodríguez Gacha quedaron así liberados de cargos de conspiración para introducir cocaína a ese país y ocultamiento de los frutos de sus actividades ilegales.

Bibliografia consultada del Libro “El Mariachi

0 comentarios :

Publicar un comentario

Universidad de la Salle

Blog creado para Cultura II